El verano está a punto de comenzar. Con el buen tiempo y el cambio de rutinas a veces se descuidan los hábitos de higiene bucal. En el caso de los niños, toman una gran cantidad de refrescos y helados, con el consecuente exceso de azúcar.

Por eso es bueno recordar ciertos hábitos básicos de higiene:

Desde que son bebés podemos lavarles los dientes. Comenzaremos utilizando una gasa humedecida para limpiar los dientes y las encías.
Entre los 12 y los 18 meses pueden empezar a utilizar un cepillo especial para niños, siempre con nuestra supervisión. En estas edades es mejor que se cepillen sólo con agua.
A partir de los dos años, empezaremos a introducir crema dental sin flúor o especial para niños, ya que a estas edades aún no saben escupir y por tanto la crema dental, por su contenido en flúor, puede ser perjudicial si resulta excesiva para nuestro bebé.
– Cuando los dientes empiecen a estar juntos, podemos enseñarles a utilizar la seda dental.
– También podrán empezar a utilizar colutorio sin flúor.
Cepillarse los dientes al menos tres veces al día, después de cada comida. Si comen fuera de casa, es bueno que lleven un pequeño kit de cepillado dental.
– La forma correcta de cepillarse los dientes es lavarse todas las caras de los dientes, con un cepillo de cerdas suaves. En los primeros años de su vida, acompañaremos a los niños mientras se lavan los dientes, recordándoles lo importante que es lavarse las muelas y la cara interna de los dientes.
La dieta es fundamental para mantener una boca sana. Si comen dulces entre horas, deben lavarse los dientes después. En general, se recomienda limitar el consumo de alimentos con exceso de azúcar como chucherías, dulces, refrescos o zumos envasados.
– También es importante visitar regularmente al dentista desde pequeños ya que él podrá comprobar el estado de la salud dental, si los dientes están erupcionando correctamente, malposiciones, problemas mandibulares…
– En general nosotros somos su mejor ejemplo. Si ven cómo nos lavamos los dientes diariamente, pronto querrán imitarnos y la higiene bucal no será una batalla diaria.

¡Feliz verano!